Depresión

«La depresión abre una enorme grieta en el amor»

ANDREW SOLOMON, El demonio de la depresión, 2001

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DEPRESIÓN

Es un trastorno emocional que implica cambios en nuestra forma de sentir, de pensar y actuar.

Sentir: llorar, tristeza, irritabilidad o ansiedad. Se produce un cansancio continuo y excesivo, alteraciones del sueño, aumento o disminución del apetito, tensión muscular, opresión en el pecho, disminución del deseo sexual, etc.

Pensar: tendemos a ver el lado oscuro de las cosas. Nos desvalorizamos y nos culpamos. Se produce una disminución de la autoestima. Tenemos una visión negativa acerca de nosotros, del mundo (los demás) y hacia el futuro.

Actuar: se producen cambios conductuales donde dejamos de hacer actividades que antes nos resultaban agradables.

Las personas se deprimen cuando se produce una pérdida de reforzadores (aspectos importantes de nuestra vida que desaparecen o pierden su valor).

Los acontecimientos que estadísticamente provocan depresión son: pérdidas o enfermedades de seres queridos, pérdidas o cambios en el trabajo, problemas de pareja o familiares, cambios de domicilio, problemas económicos, cualquier circunstancia en el ambiente que nos ponga en una situación difícil.

Cada persona tiene una tendencia a enfrentarse a estos estresores, dependiendo de sus experiencias vitales, de sus estrategias de afrontamiento.

Hay personas que consiguen manejar y enfrentarse mejor a los problemas sin deprimirse clínicamente. Otras personas, no han aprendido las suficientes habilidades y se sienten atrapadas en un estado emocional, cada vez más doloroso, lo que llamamos depresión.

Las «pérdidas» producen dolor en las personas. Todo el mundo se siente mal cuando se pierde a una persona querida, un trabajo, algo que para la persona tenga un valor especial e importante. Y ahí empieza la trampa de la depresión: cuando nos deprimimos, si se reacciona ante este dolor rompiendo el ritmo de vida habitual, se dejan de hacer aquellas actividades diarias que proporcionan satisfacción (salir con amigos, ir al cine, hacer deporte) e incluso, más o menos progresivamente, dejan de hacer las actividades obligatorias. Todo ello es, de nuevo, más pérdida, y por lo tanto más malestar.

Después de que el psicólogo evalúe tu problema en particular, te dará una explicación de porqué estás deprimido y te propondrá una terapia que irá encaminada como mínimo a reinstalar progresivamente tu nivel de actividades y cambiar tus pensamientos negativos.

Puedes hacerlo. Date la oportunidad.